Las Vacaciones

Sí, así como el primer dibujito que uno hacía en el colegio cuando entra (porque en la universidad con cuea nos preguntan si respiramos), me decidí a hablar de las vacaciones.

Podrán decirme que es poco ñoño y con poca onda en el blog, pero no me importa (no se sientan ofendidos, pero de verdad que siento necesario el tema de hablar de algo tan buena onda y terrible como el tema de salir de vacaciones).

Seamos claros. Hasta hace algunos años, para la mayoría de nosotros (o claramente para mí, porque solo tengo 20), organizar las vacaciones, no era si no, la pega de nuestros padres, o abuelitos, o tíos, o el personaje que se arriesgara a sacarnos de Santiaguito.

Así que lo primero: ¿Cómo llegar a destino? Muchos dirán: Fácil. Tomando un bus, o para los pudientes, tomando el auto. Es cierto, algunos tenemos el privilegio de tener papis buena onda que nos pasen el auto (en el cual tenemos que llevar las pilchas de nuestros amiguitos que se van en bus), pero para otros (que también he estado en esa posición, así que no me digan nada) el bus es la única opción (porque el tren es muy caro y no llega a todos lados…Y la EFE ha andado rancita en los últimos años). Así que empieza el tandeo. Primero que el bus ojalá sea Tur Bus o Pullman. Y si no lo es y tenemos que tomarlo en el terminal sur, que Dios nos apañe. No me refiero al término que sean wáteres que no avancen, si no que, como me ha pasado a mí, camino a Pichilemu, donde nos estamos más de tres horas, el asiento resulta que no es un asiento, si no que, en un palo con una tela encima (les encargo la espátula y el plumón). Así que queridos, prepárense, que tomar un bus es toda una aventura, porque te puede tocar un abuelita con ganas de conversar, un metalero que te da miedo sentarte al lado de él, la mina cuica que toma el bus como una “experiencia cultural”, el o la jote que ruegan para que uno se quede dormido y se le caiga en el hombro al otro como en el comercial de Gillette Match 3 turbo, o, en último caso, el compadre que se olvidó bañarse y tiene una halitosis brígida que hace que al final, terminemos knockeados por el olor a humanidad. De cualquier manera, rogamos por que aparezca el tipo o la mina piola, esos que simplemente se quedan ahí y escuchan música o leen, esos de los que quedan pocos, esos que no nos van a tocar. Por último, tenemos la opción “a de’o” en la cual, no indagaré porque no la he vivido y en realidad, me da sustito (sí, soy nena, ¿y qué?).

Para los que somos estudiantes y tenemos gastos demás (como…ejem…un hijo), se nos torna un tantito complicado conseguir el dinero para las vacaciones (sin contar el del bus que tomamos en la terminal sur), o en su defecto, buscar un lugar que no nos deje con un barril de vestimenta al término de nuestro descanso. Porque la plata es un tema. Así que, enumeremos las posibilidades de irse de paseo por algunos días fuera de nuestra entretenida ciudad capital.

• <!--[if !supportLists]--><!--[endif]-->Arrendar algo: Por más que digamos que no somos cuicos, a muchos nos interesa que por lo menos el wáter del lugar al que vayamos no tenga telarañas y que la cocina no nos amenace con un tifus. Por tanto, es de esperarse que la cabaña o lugar de arrendamiento (palabra que no sé si existe pero la ocupo igual) debe ser decente y por decente entendemos que será medio caro. Además, está el tema de que esté cerca de la playa, río, lago o centro del lugar al que vamos. Porque ya, sí, uno puede decir “Noo…Si da lo miiiismo…A la larga caminar un poquito no es malo…Si no queda taaaaan arriba” y ese tan arriba se transforma a que la cabaña está luego de que termina la calle decente y normal para dar paso a un camino de tierra que tiene perros que nos amenazan con entrar en su territorio; para que cuando vayamos a la playa, el subir sea tan tedioso que al final solo buscamos acostarnos y chao carrete.

• <!--[endif]-->El Camping: O si, que entretenido, dormir en carpa, tener fogata, algún lugar entrete y esperar encontrarse, en el caso de los solteros y solteras, con féminas y sementales que nos regalen estrellas y nos prometan una noche entretenida a la intemperie con las bichitos nocturnos de espectadores. Los Camping son tema. Sí, un tema peor que la salubridad de arrendar algo, porque en sí, al irnos de camping estamos vetando todo tipo de salubridad, (a menos que nos vayamos a esos camping que cuestan más que arrendar una casa…que no es el caso de vuestra humilde servidora). En el camping uno pierde todo tipo de intimidad que se puede llegar a tener con los amigos en una casa (porque en último caso, uno cierra la puerta, manda al resto a comprar pan o pide que se suba la música), la carpa, es solo una telita que nos cubre del frío, pero no de los sonidos que amenazan con salir (me refiero a sonidos guturales, ventosidades varias y ronquidos) , así que, matanga, los amigos se conocen más y la intimidad se anula, es como un reality, pero entre los que están presentes, cosa que en el desayuno todos se miren con cara de inquisidores tratando de adivinar quien si tiró aquel gas sonoro en la noche o quien roncó tanto que hasta los del sitio de al lado se despertaron.

• Ir a la vida: Solo diré: para los amantes de no tener baño, limpiarse con un palito, cocinar en una fogata y bañarse con agua helada…Para esos que no fueron a scout cuando eran chicos.

• Con la familia del susodicho o susodicha: Las ricas vacaciones de compromisos diplomáticos de las cuales no se puede uno salvar, ya que la sugerencia salió en un almuerzo familiar y era obligación decir que sí. Es como un matrimonio chiquito. Pasar todas esas vacaciones, sin intimidad (porque a olvidarse de pasar un momento a solas con el cuasi cónyuge, ahora tendremos chaperones all day long), ver programas con el infante de turno y decir que si a todo. Y lo hacemos por amor o por compromiso, da lo mismo, la dignidad puede quedar por el suelo y uno firme, no cae, como el soldado que muere con las botas puestas, hay que sobrevivir a esas vacaciones, porque uno cree (ojo “CREE”) que si sobrevive a esto, puede sobrevivir a todo…Já…Ilusos…

• El Hotel: Solo para pudientes. Solo para los que se quieren endeudar y estar todo el año pagándole a Falabella unas vacaciones prometidas por Sergio Lagos y la Chechi Bolocco que no eran tan bonitas como parecían. Algo que por el momento, no experimentaré.

• <!--[endif]-->Vacaciones en pareja: Las soñadas, esas donde crees que te vas a ir en pareja y ya, donde crees que todo va a ser idílico…Pero no. Si duran más de dos días, estamos mal. Porque ya no son idílicas, porque quieres asesinar a tu pareja, porque nunca habías pasado más de doce horas con el prospecto o prospecta solos… Porque ahora te molesta que hable, que respire, porque te diste cuenta que no era tan romántico o romántica como parecía, que en realidad era así por otras razones, que no te gusta que deje la tapa del baño arriba o abajo, unas vacaciones solo para valientes…Aunque queda un consuelo, las reconciliaciones son buenas.

Así que ya saben lectores míos. A vacacionar se ha dicho. A ñoñear como locos jugando rolcito y buscando los dados que se caen de la mesa, a nadar, quemarse, comer tallarines y arroz y a pasarla chancho como sea, que cualquier escape de Santiago es bienvenido.